Estos primeros días del año me han parecido particularmente raros. Bueno ni tanto. Es solo que me ha inundado este sentimiento de cansancio ante mi situación. Me harté simplemente de mi depresión y ansiedad. Y creo que hasta cierto punto ha sido un factor positivo, ya que me ha dotado de algunas herramientas para luchar contra los picos bajos que me achacan con frecuencia. Desearía eso sí, que esos momentos de lucha fueran más fuertes y extensos; nadie dijo que el remedio sería fácil.
El primero de enero volví a mi apartamento, luego de pasar el fin de semana con Damián, tal y como les comenté. Y por supuesto, estos días de ‘soledad’ han dejado muchos espacios para mis ataques de ansiedad y depresión. He estado incluso guiándome hacia la conclusión de que probablemente he desarrollado cierta co-dependencia afectiva hacia él y pues… eso no me gusta nada.
Yo siempre me jacté de ser alguien independiente y que no necesitaba de nadie, mucho menos de una relación de pareja para poder ser feliz. Como dicen, por la boca muere el pez. Me asusta mucho que mi condición actual vaya a aniquilar la relación que Damián y yo hemos construido y pues sí, mi ansiedad generalizada provoca miedos, inseguridades y preocupaciones en múltiples lugares, volviéndome un control freak o un nervioso depresivo empedernido. Espero no ofender a otras personas que padezca de lo mismo cuando me llamo con esos adjetivos un tanto satíricos. Es el enojo que siento por padecerlos lo que me hace de cierta manera, burlarme de mí mismo.
Pero bueno, en los ratos en que la montaña rusa me sostiene en picos altos y por ende hace que me sienta mejor, he logrado reflexionar y valorar realmente el espacio a solas que cada uno tenga; he aprovechado para leer, tomar café con un par de amistades, limpiar el departamento, entre otras actividades distractoras. El ejercicio ha sido un factor sumamente importante pues si me calma enormemente las crisis. No son remedios de lapsos largos. Al contrario, duran poco, pero al menos los encuentro, cosa que antes no sucedía. Con esto solo anuncio a quien quiera seguir estos pasos, es que no es una solución absoluta creo yo. Pero creo que con el tiempo y la práctica nos permitirá estar más en los picos altos de la montaña rusa y no tanto en los bajos.
Mañana tengo cita muy temprano con mi psicóloga. Creo que dedicaré la sesión a plantearle mis análisis y conclusiones con respecto a mi relación de pareja. Realmente quiero ser un compañero funcional y creo que ahorita no lo estoy logrando. Mucho tiene que ver con el amor propio que se tenga. Pero puta, como cuesta quererse a uno mismo. Pero bueno, este es un tema del que ahondaré en otro post porque tiene toda una raíz que explorar para poder comprenderlo.
Hoy tengo la necesidad de escribir, pero no hay muchas palabras que salgan de mí sobre lo que siento en este momento. Estoy ansioso y deprimido nada más. Con unas gotas de coraje adicional que me hacen sentirme más testarudo contra ellos ahorita. Creo que eso es bueno. Pero entonces, como tengo ganas de contarles cosas, creo que lanzaré un plato fuerte y les contaré un poco la raíz de mi ansiedad, la cual está muy ligada a mi momento de salirme del closet.